Recientemente, una «cadena de Whatsapp» ha generado ciertas dudas respecto a la pertinencia o no de entregar a los niños que acuden a la consulta, sus dientes de leche (deciduos) si son extraídos en la misma. Es práctica generalizada entregar dichos dientes para cumplir con la tradición del Ratoncito Pérez. Incluso los padres demandan al dentista dicha entrega.
En la cadena mencionada, se decía que el padre (abogado) de un niño al que se le había entregado un diente de leche había denunciado a Sanidad a la clínica y a esta se le había impuesto una importante multa. Queremos advertir que, en ningún momento hemos podido verificar este hecho, ya que en dicho mensaje no se adjunta ningún escrito de ninguna administración, por lo que hay que poner en duda la veracidad de dicha información. Analizamos brevemente en este artículo, la legislación que existe al respecto.
Se debe tener en cuenta que, según la legislación vigente, los dientes humanos se encuadran en los residuos biosanitarios especiales (tipo III) dentro de la categoría 9 («Cualquier resto anatómico humano reconocible como tal») y, según la normativa vigente, deben ser depositados en un envase rígido o semirrígido, opaco y con cierre (los contenedores amarillos que disponen las clínicas dentales).
Cuando la legislación habla de residuos biosanitarios se suele hacer referencia a elementos potencialmente contaminantes, lo cual puede hacer que se plantee la duda de si un diente de leche puede ser contaminante. En la mayoría de los casos, esos dientes que se extraen no tienen ni siquiera material pulpar, por lo que resulta difícilmente justificable que un elemento inerte pudiera ser contaminante. Así la algunas legislaciones autonómicas excluyen a los dientes de este tipo de residuos (por ejemplo la Comunidad de Madrid).
Sin embargo, dado que, aunque la «cadena» mencionada pueda tener una veracidad cercana a la leyenda urbana, lo ideal sería no entregar al paciente ningún resto, pero, ante la insistencia, lo que se puede plantear el odontólogo sería limpiar el diente, no dejando resto orgánico alguno, dejar el diente en la bandeja y salir del gabinete. Si el diente no está al volver no tenemos autoridad para «cachear» al paciente.
Evidentemente, esta solución no es la adecuada y está muy cerca de la ilegalidad, por tanto, y a la espera de un análisis de la supuesta sanción o una respuesta de la administración pública, hay que extremar las precauciones y tener